Con frecuencia, las víctimas de abuso son mujeres atractivas que, en teoría, podrían encontrar a una pareja digna y tener una relación saludable. A quienes las rodean les parece extraño cómo una persona así puede terminar en una relación abusiva, especialmente cuando ella soporta el malestar y considera que hay algo único en esa relación.
Es importante distinguir entre los aspectos conscientes e inconscientes del comportamiento. La parte consciente incluye las normas y reglas de la sociedad que nos protegen del peligro, mientras que las emociones, necesidades y deseos inconscientes a menudo tienen un mayor impacto en nuestro comportamiento. Nuestras acciones están guiadas por el subconsciente, lo que a veces conduce a situaciones paradójicas, como el deseo de establecer una relación con un abusador. Dichas relaciones responden a los dolores y carencias en nuestra psique.
La violencia como entorno habitual
Los niños que crecen en un entorno de violencia tienden a percibirla como algo normal. Se acostumbran a la idea de que la violencia y el amor van de la mano. Por ejemplo, después de un castigo puede seguir una muestra de cariño, lo que lleva al niño a creer que la violencia es parte del amor. Cuando estos niños crecen, a menudo trasladan esta experiencia a sus relaciones románticas, esperando que la violencia y el control sean señales de amor y cuidado.
Compensación como razón de una falta constante
Los niños que no recibieron suficiente amor a menudo buscan cantidades excesivas de atención y afecto en su vida adulta. Buscan un “lago” de amor, no solo una “taza”. Por esta razón, los abusadores, que exageran sus esfuerzos, se vuelven especialmente atractivos. Para estas mujeres, las demostraciones excesivas de amor y cuidado se perciben como normales, mientras que la falta de tales acciones provoca dudas sobre la sinceridad de la pareja.
La costumbre de trasladar la responsabilidad a los demás
Las mujeres que tienden a atribuir la responsabilidad de sus fracasos a su entorno a menudo terminan en relaciones con abusadores. Esta forma de pensar les permite ver al abusador como un factor externo que impide su felicidad, mientras ellas se ven a sí mismas como víctimas de las circunstancias. Esto crea la ilusión de que siguen luchando por el amor a pesar de las dificultades.
La necesidad de reconocimiento
La baja autoestima y la necesidad de reconocimiento también contribuyen a que las mujeres se involucren en relaciones con abusadores. El síndrome del salvador, en el que una persona busca ayudar y espera gratitud a cambio, puede llevar a la creación de condiciones en las que la víctima se vuelve dependiente de la relación. Esto puede llevar a que una mujer permanezca con un abusador, sintiendo que necesita seguir “salvándolo” a pesar de la violencia.
La ausencia de límites claros
En cualquier relación, deben establecerse límites personales y líneas rojas. Si una mujer no puede distinguir entre la protección de sus límites personales y la manipulación, puede convertirse en víctima de abuso. Por ejemplo, si la pareja establece condiciones estrictas y amenazas, esto puede ser una manipulación. Si la mujer no tiene sus propias líneas rojas, buscará justificaciones para la agresión de su pareja y encontrará formas de permanecer en esa relación.
En lugar de una conclusión
Las mujeres que se encuentran en relaciones con abusadores a menudo permanecen en ellas por diferentes razones: la costumbre, la necesidad de amor, la inclinación hacia el sacrificio, etc. Es importante darse cuenta de que el apoyo de un psicólogo y el reconocimiento de las propias necesidades pueden ayudar a comprender la situación y salir de una relación que causa dolor y malestar. Reconocer las propias carencias y comprender los límites personales pueden ayudar a evitar tales relaciones en el futuro.
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